jueves, 27 de noviembre de 2014

36 AÑOS DE PRESENCIA EUDISTA EN EL ECUADOR Y EL SEMINARIO MAYOR “SAN JOSÉ”


P. Amado Perez Nassi

La Comunidad Local Eudista “San José”, del Seminario Mayor “San José”, de Quito, recordamos con alegría que un día como hoy 27 de noviembre llegó la Congregación de Jesús y María (Padres Eudistas) al Ecuador, a trabajar en la obra de la formación del futuro clero de la Arquidiócesis de Quito y de las otras jurisdicciones del país, que acrisolaban y maduraban su vocación a la vida presbiteral en el emblemático Seminario Mayor “San José”, otrora regentado por los Padres Lazaristas.

“Los primeros pasos para la implantación de los Eudistas en el Ecuador se dieron en el año 1.976, siendo Provincial en Colombia el P. Álvaro Torres. En ese año, el Cardenal-Arzobispo de Quito, PABLO MUÑOZ VEGA, se dirigió al Consejo Provincial de Colombia, para pedir que los Eudistas se hicieran cargo de la dirección del Seminario Mayor de la Arquidiócesis.

Antes de aceptar cualquier compromiso en Quito, el P. Torres quiso conocer personalmente la situación del Seminario Mayor; con tal objeto viajó al Ecuador ese mismo año. Después de conversar con el Cardenal Muñoz Vega y de observar el estado en que se hallaba el Seminario, el P. Torres llegó a la conclusión de que no era conveniente en ese momento asumir la dirección…

El P. Torres ofreció al Cardenal Muñoz Vega la colaboración de dos Eudistas colombianos, que entrarían a formar parte del equipo directivo del Seminario, junto con el clero local, pero al Cardenal no le pareció bien esta solución…

En mayo de 1.978, siendo Provincial  en Colombia el P. Jesús Ángel Restrepo, Mons. Luis Alberto Luna, Obispo Auxiliar de Quito, y el P. Gilberto Tapia, Vicario de temporalidades, viajaron a Bogotá con el fin de dialogar con el Consejo Provincial de Colombia. Mons. Luna llevaba una propuesta del Cardenal Muñoz Vega: pedir a los Eudistas que se hiciera cargo del Seminario Menor de Quito…
Por el Consejo Provincial participaron los padres: Jesús Ángel Restrepo, Álvaro Botero y Amadeo Pedroza. El diálogo fue muy cordial y sincero. Pero la respuesta del Consejo Provincial a la propuesta de Quito fue negativa…

El Consejo Provincial reiteró la oferta de una colaboración en el Seminario Mayor de Quito, y ofreció también una colaboración para organizar la pastoral vocacional. Los prelados de Quito invitaron al Consejo Provincial a visitar el Ecuador, con el fin de conocer directamente la situación del Seminario y sus necesidades.

La visita se hizo pocos días después. Vinieron a Quito los padres Jesús Ángel Restrepo, Álvaro Botero y Amadeo Pedroza…

Durante la visita hubo un nuevo diálogo con Mons. Luna, en el cual se analizaron las diversas posibilidades de una cooperación de los Eudistas en Quito. Luego el diálogo se hizo con el Señor Cardenal, y en seguida con el Consejo de Gobierno de la Arquidiócesis…

El Cardenal Muñoz Vega concretó en tres puntos la propuesta de la Arquidiócesis a la C.J.M.:
a)    Que los Eudistas se establezcan en el Ecuador;
b)    Que colaboren en la Dirección del Seminario Mayor;
c)    Que presten, si es posible, su colaboración en la pastoral vocacional.

El Consejo Provincial de Colombia se comprometió a dar una respuesta en el mes de agosto del mismo año.

En la sesión de 9 y10 de julio de 1.978, realizada en Medellín, el Consejo Provincial decidió aceptar la colaboración en el Seminario Mayor de Quito, y autorizó al Padre Provincial para escoger los candidatos de la Provincia que podrían prestar esa colaboración. Se propusieron los siguientes nombres: Álvaro Torres, Álvaro Botero, Eduardo Roldán, Vicente Duque, Higinio Lopera, Amadeo Pedroza.

El Padre Provincial hizo las consultas del caso para escoger a los candidatos, y consultó también al Consejo General, antes de responder al Arzobispo de Quito. El Consejo General dio su “nihil obstat” al proyecto. Después de varias consultas, el Padre Provincial designó a los padres Higinio Lopera y Amadeo Pedroza para iniciar la obra en Quito.

En Quito esperaban que los Padres de Colombia viniesen para comenzar el año escolar en el mes de septiembre. Pero debido a los diversos compromisos y obligaciones de los padres designados, no fue posible que vinieran en ese momento.  Sólo a fines de noviembre, el P. Pedroza pudo entregar su cargo de Rector del Seminario Valmaría, y viajar a Quito. El viaje tuvo lugar el lunes 27 de noviembre de 1978.

Al llegar a Quito…un taxi lo condujo del aeropuerto al Seminario Mayor…El portero del Seminario…avisó a la hermana Rosa…y ella salió a recibir con regocijo al primer eudista colombiano que venía a trabajar en el Ecuador. La primera recepción  del visitante tuvo lugar en la cocina, mientras las hermanas y las empleadas del servicio preparaban el almuerzo.

Luego llegó el P. Hugo Reinoso, Rector del Seminario, y recibió al P. Pedroza con gran cordialidad…
A la hora del almuerzo tuvo lugar la presentación del P. Pedroza a los otros formadores y a los seminaristas.

De parte de los formadores (padres Hugo Reinoso, Guiseppe Bertipaglia, Julio Espín, Aurelio Rodríguez) hubo muy buena acogida. Ellos esperaban y anhelaban la llegada de los Eudistas colombianos al Seminario para que les ayudaran en la difícil tarea de la formación de los jóvenes llamados al Sacerdocio.”

Son muchos los Eudistas que han pasado por esta casa y escuela de santidad a lo largo de estos 36 años y cada uno ha entregado su vida en esta obra para servir a Cristo y a su Iglesia “corde magno et ánimo volenti” (con corazón grande y ánimo decidido).

Eudistas el dia de la ordenación del P. Wilfrido Briones Chun.
A todos ellos, insignes hijos de San Juan Eudes, intrépidos y audaces como él, hoy en nombre de la Comunidad Formativa del Seminario Mayor “San José” y de la porción del clero que bebió del manantial de su ministerio y se  alimentó de su testimonio de vida sacerdotal, les expreso mi gratitud personal y la de mis hermanos de la Comunidad Local Eudista.

A la Congregación de Jesús y María (C.J.M), verdadera “Escuela de Santidad” para todos los que a ella llegan, le deseo que el Señor Jesús, su Fundador, Superior y Padre, y su Santísima Madre, que es su Fundadora, Superiora y Madre, la bendigan y santifiquen cada día.

A Dios, el Padre de las Misericordias, autor de esta obra para extender la Vida y el Reino de su Hijo en las almas, nuestra acción de gracias por su Hijo Jesucristo en el Espíritu Santo, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Amado Pérez Nassi, cjm.

miércoles, 11 de junio de 2014

CELEBRACION 80 AÑOS P. JESUS ANGEL RESTREPO.

Durante el almuerzo



Con la celebración de la Eucaristía, fuente y culmen de la vida cristiana, presentamos a Dios, por intercesión de San Juan Eudes, nuestra gratitud, vivimos la alegría de escuchar la voz del maestro, con el cántico de  María rendimos al Padre la alabanza del espíritu,  con la seguridad de ser escuchados en la plegaria. El P. Higinio Lopera dirigió a nombre de todos los eudistas de la región del Ecuador la siguiente alocusión:
 


Muy querido Padre Jesús Ángel.

¡Qué alegría poder celebrar este natalicio en esta hermosa capilla neogótica, única en el Ecuador y en cuya restauración me permitió participar el Señor  hace 24 años¡
Y más bello todavía celebrar este 80º cumpleaños de la persona que conocí en agosto de 1957 en el seminario de Valmaría.

He pensado cuál sería la mejor manera, Padre Jesús Ángel,  de expresarle nuestro afecto, nuestra admiración y gratitud por su entrega incondicional al Señor dentro de la Iglesia y de la Congregación de Jesús y María. Lo que estamos haciendo en este momento los aquí presentes, me parece muy digno, muy noble de parte de todos.
Y qué importante es para toda persona, así se viva en sencillez y en humilde ocultamiento, que en vida
Durante la celebracion eucarística
podamos proclamar las maravillas del Señor que se han cumplido en nuestros hermanos, en aquellos que han estado tan cerca de nosotros. La Madre mil veces admirable desde su profunda humildad nos ha dado el ejemplo. 

Quiero dar gracias al Señor por ese sacerdocio que él le ha participado para entregarlo en el servicio, en el trabajo constante y fiel, y de manera muy señalada, en esa tierra hermosa, de mi Ecuador entrañable. Quiero con todo respeto e inmenso cariño venerar en usted, Padre Jesús Ángel, el sublime sacerdocio de nuestro Señor Jesucristo.

Yo solo creo en el sacerdocio ministerial cuando es ofrenda de amor, desde los más simple y cotidiano, pero desde la hondura del alma, del corazón según el  divino querer. Que hermoso, sin tener que poner etiquetas, ni títulos, ni condecoraciones de oropel, poder decir de Usted y tantos sacerdotes que son multitud anónima en nuestra amada Iglesia de Jesucristo, lo que Juan Eudes. “Los sacerdotes son los ojos, la boca, la lengua y el corazón de la Iglesia de Jesús , o mejor dicho, del mismo Jesús, asociados íntimamente a la obra de la salvación, obra por excelencia del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, de la Iglesia y de la Madre del Salvador”.

Reciba este homenaje porque se lo merece, pero sobre todo, porque en su persona, podemos proclamar el Magnificat de san Juan Eudes:“Alaba alma mía al Corazón Admirable de Jesús y de María.Jesús y María me entregaron su Corazón para que viva siempre en su amor.  Cosa grandes hizo en mí este Corazón bueno.
P. Jesús despidiendo a los seminaristas


Desde el vientre materno me hizo suyo.
El abismo de mis miserias  me atrajo el abismo de sus misericordias.
Me escogió para ser su sacerdote
Y me dio un puesto entre los servidores de su pueblo.
Gracias infinitas le sean dadas por este don inefable”. 





Gracias por usted querido Padre Jesús Ángel, por su sacerdocio ofrenda de amor. Que nuestro Adorable Jesucristo y la Madre Bendita lo cubran con su amor.


Lo queremos mucho. 
Quito, 11 de junio de 2014.
Higinio A. Lopera E. cjm.